19 jul 2014

Catarsis.

Desde chiquitos, nos enseñaron e inculcaron que no esta bien llorar, que no esta bien vernos mal, que "como te ven te tratan, y si te ven mal, te maltratan" pero... ¿Realmente, esta tan mal sentirnos tristes?. Por esta misma enseñanza, siempre procuramos sentirnos, o por lo menos, demostrar que estamos enteros, que somos fuertes, que gozamos de felicidad, aunque por dentro, estemos a punto de estallar, vulnerables como un pétalo de aquella rosa, que en algún momento fué muy bella, y ahora marchita está, que con tan solo un soplido, se desprende como si nunca hubiera estado agarrado a ella. 
Siempre procuramos reprimir lo que verdaderamente sentimos, negarnos a nosotros mismos. Vivir como si no nos sintiéramos, como en verdad nos sentimos... paradoja, ¿no?. En fin, reprimimos y reprimimos, hasta que llega el día en el que no podemos mas, nos sentimos cansados, agotados, con ganas de abortar todo, y ese es el momento, donde comienza la catarsis... te desbordás, tus emociones se desatan, no podes controlarlas y, de repente, sin permiso afloran y sufrís una especie de "colapso emocional", donde tus emociones te bloquean y te paralizan. Donde ya no podes ser fuerte y contenerlas, cuando te vences y sentís muy pequeño, tan pequeño, que las mismísima palabra "pequeñez" es demasiado grande para describirte. El mundo comienza a ser un lugar peligroso para nosotros, donde todas las personas, tienen potentes rifles y afiladas cuchillas en sus lenguas, donde cualquier palabra te daña, y de repente nadie, absolutamente nadie te comprende. Es esto, lo que siempre trato de reprimir y/o encubrir, pero no siempre funciona. Porque todo recipiente acaba llenándose, y esta catarsis, tenía que ocurrir.